“Hay que inventarlo todo otra vez, el derecho, la política, las artes, la arquitectura, las ciudades.”
Bruno Latour (¿Dónde estoy? Una guía para habitar el planeta), citado por Javier Monclús en la ponencia de clausura del congreso
No es tanto la reinvención de lo urbano lo que buscan los encuentros convocados por el International Seminar on Urban Form (ISUF) desde su fundación en 1994, sino más bien observar su evolución, repensar las tareas de la disciplina, redefinir retos y paradigmas, reinterpretar tendencias, compartir conocimientos e investigaciones, juntar preocupaciones, ideas estrategias y preguntas abiertas relacionadas a la forma urbana, establecer relaciones entre teoría y praxis y, no por último, crear redes y puentes entre individuos, instituciones, ciudades y países hispanohablantes. Aunque el VI Congreso del International Seminar of Urban Form – Hispanic (ISUF-H) 2022, llevado a cabo en la Universidad Politécnica de Madrid entre el 29 de setiembre y 1 de octubre de 2022, fue el primero después de la pandemia de Covid-19 en poder llevarse a cabo sin restricciones; pesaba sobre él la profunda crisis global marcada por los retos post-pandémicos, la emergencia climática y ambiental y los conflictos bélicos, que en cierta manera sugieren la necesidad de un nuevo empezar. En este sentido, la cita de Bruno Latour pronunciada por el presidente de ISUF-H Javier Monclús (Universidad de Zaragoza) en la ponencia de clausura puede haber sido una especie de leitmotiv del encuentro.
La situación global requiere acción y el congreso ISUF-H dirigido por los profesores de la UPM Ester Higueras García y José María Ezquiaga planteaba identificar líneas de acción. Bajo el título “Forma urbana y resiliencia: los desafíos de salud integral y el cambio climático” se subrayaba la importancia de la forma urbana como “algo que importa muchísimo en las estrategias de resiliencia, en las estrategias de economía circular, en las estrategias de sostenibilidad”, como lo formulaba el director de la Escuela Arquitectura de Madrid, Manuel Blanco Lage, en la apertura del congreso. Son estos tres grandes ejes y conceptos a cuya relevancia para el desarrollo urbano y rural se acercó el congreso.
El también convocado director de Ministerio de Transporte, Movilidad, y Agenda Urbana Iñaki Carnicero presentó los marcos políticos europeos y españoles, la Agenda Urbana Española por un lado y la Nueva Bauhaus Europea, por otro lado, y elogió las implicaciones de ellos en la reciente formulación en un informe del Congreso sobre el mejoramiento de la eficiencia energética de edificios públicos, por ejemplo, y en la recién aprobada “Ley de calidad de la arquitectura”. Por parte del ISUF-H, las líneas temáticas del congreso fueron evaluadas respecto a ambos marcos, como se puede ver en el informe técnico final publicado en noviembre 2022. Fue clara la puesta en relación entre la política y la profesión del urbanismo y la academia, a la que posteriormente se iban a abrir momentos importantes de reflexión, de crítica y también de una necesaria tensión.
José María Ezquiaga, en su ponencia inaugural titulada „La ciudad que queremos. Proyectar un futuro compartido”, ilustró conceptos de alta relevancia contemporánea como el reacoplamiento del modelo productivo de la relación entre campo y ciudad, la necesidad de una renaturalización de la ciudad y el rol del espacio público como herramienta de contrapesar el desequilibrio social. Inició su reflexión y línea de argumentación con la pregunta si las herramientas legales disponibles para la profesión son las mas adecuadas para conseguir los fines por alcanzar. Repasando el fascinante camino de la innovación urbanística en el contexto de insalubridad, hacinamiento y los límites de la revolución industrial, dejó claro que “los ensayos innovadores siempre han precedido a los estatutos legislativos y académicos” y que los cambios que se han hecho evidentes “aún no han alcanzado un reflejo en la sociedad y en la legislación”. Hizo, a la vez, referencia a la importante “noción del retraso” aprendida de la lectura de la obra magna “Planeamiento urbano en la España contemporánea” (1978) de Fernando de Terán.
El catedrático y profesor emérito de la Universidad Politécnica de Madrid Fernando de Terán impartió una ponencia también en este primer panel, titulada “El planeamiento y la forma urbana desde una perspectiva histórica”. Formuló la petición de que “las administraciones ejecutoras se movilicen de verdad y que las agendas no se queden en lúcidos análisis y manifestaciones de deseos.” Recordó la necesidad de colaborar en ello desde los diversos ámbitos profesionales y culturales en la tarea de “poner límite a las actuales maneras adoptadas por el sistema de organización política y económica que manda en el mundo, que ha producido la pérdida de la Forma Urbana y va camino de destruir la habitabilidad”.
Ezquiaga había propuesto trabajar en el contexto de tres desafíos globales: la sostenibilidad y los límites ecosistémicos, la autosuficiencia conectada, y la salud relacionada a estilos de vida. Esta última línea fue elaborada a fondo en la ponencia de Ester Higueras García titulada “Planificar para un envejecimiento activo”, en la que dio a conocer la “Guía para planificar ciudades saludables” elaborada en la UPM. El alto interés y esfuerzo en la planificación de ciudades saludables y además en anclarlo en la enseñanza de arquitectura quedó claro y fueron muy bien ilustrados en las ponencias de José Fariña Tojo y de las integrantes e impulsoras de la Oficina de Agenda Urbana y Sostenibilidad ETSAM-UPM Belén Moneo, Renata Sentkiewicz y Francesca Olivieri.
Abrió las ponencias de fuera del contexto de la UPM y desde el mundo hispanoamericano Doris Tarchopulos de la Pontificia Universidad Javieriana de Bogotá. Aunque no fue formulado expresamente ni discutido en el congreso, su disertación de sobre El Plan de Bogotá de Le Corbusier, ejemplo histórico y evidente de implantación de una forma urbana y su efecto para la ciudad de Bogotá y posterior evolución, puso en la mesa cuestiones sobre la imposición de modelos, sobre los persistentes efectos del colonialismo y sobre la necesidad de la formación de escuelas de urbanismo impregnados por los conocimientos y también las (cosmo)visiones locales; algo pendiente para el siguiente congreso en Santiago de Chile que seguramente continuará reflexionando sobre cuestiones ambientales y la relación del urbanismo con el concepto del Buen Vivir. Puede que sea una primera expectativa hacia el VII Encuentro en Chile.
Una ponencia fresca e iluminadora y además haciendo un estupendo puente hacia el mundo de la praxis fue la de Adriana Chavez de la Oficina de Resiliencia Urbana de la Ciudad de México. Bajo el título Diseño como herramienta para la regeneración en sostenibilidad de los barrios de América Latina, dio ejemplos desde su praxis como joven oficina dedicada a proyectos de integración socio-ambiental que concibe la resiliencia como su marco conceptual y la decarbonización de las ciudades como una de las principales metas. Un proyecto es el Circuito Ambiental de Bogotá (2018), que, en el marco de la apuesta de la capital colombiana para posicionarse como una ciudad que planea su territorio mediante la integración del desarrollo urbano con el entorno natural, propone poner como elemento estructurante al agua para generar estrategias de planeación e intervenciones urbanas. Otro son los planes de acción Biocitis (2021) que proponen la integración de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en el desarrollo urbano de cuatro municipios costeros mexicanos.
Casos de estudio europeos y latinoamericanos fueron lo que formaron el cuerpo discursivo que el congreso ofreció en los siguientes dos días en forma de doce sesiones paralelas. Se articularon 113 comunicaciones orales en seis líneas temáticas que se interrelacionaron y mezclaron en la mayoría de las sesiones del congreso. Su orden de cierta manera sugiere una transición de la forma urbana ordenada a la forma urbana no-ordenada o informal que finalmente determina las ciudades contemporáneas de manera significativa y plantea uno de sus principales retos. Las actas del congreso –como las de los anteriores- están accesibles en la web de ISUF-H https://isufh.org/
La línea 1, Forma urbana, vivienda, ciudad y resiliencia – Necesidades de conocer las interacciones de resiliencia ante la incertidumbre, partió de la ciudad como espacio vital del 55 por ciento de la población mundial y sus inadecuaciones que especialmente la pandemia del Covid-19 ha puesto en manifiesto. Propuso reflexionar sobre la capacidad de los sistemas urbanos para predecir, absorber y hacer frente a los cambios y para reorganizarse.
La línea 2, Forma urbana y Ciudades saludables – Diseño urbano para barrios saludables para todos, retomó el eje ya desplegado por la UPM, dedicándose a las maneras de adaptar las ciudades al envejecimiento de la población urbana europea, por un lado, y a la reversión del paradigma del automóvil y la promoción de la salud desde el urbanismo.
La línea 3, Procesos urbanos, resiliencia y regeneración urbana – La ciudad como metabolismo y oportunidad de la regeneración, propuso reflexionar sobre la multidimensionalidad de instrumentos urbanos para llegar a la implementación de instrumentos que se centren en la resolución holística de problemas en áreas marginales y/o degradas a partir de la transformación urbana.
La línea 4, Espacios públicos para la inclusión, equidad y resiliencia, abrió una discusión sobre la calidad de los espacios públicos como condición necesaria para garantizar el principio de igualdad de oportunidades y la inclusión social en las ciudades. Se analizaron métodos que fomentan la capacidad de las ciudades de abordar eficazmente los cambios necesarios y buscar programas y proyectos en equidad para adaptarse a ello.
La línea 5, Espacios peri-urbanos, infraestructura verde y azul para la resiliencia y adaptación al cambio climático – La escala urbano-territorial como resiliencia espacial al cambio climático, buscaba profundizar sobre los elementos naturales en el entorno urbano y peri-urbano como factor clave para mantener la salud y el bienestar de los ciudadanos. Casos de estudios e investigaciones se centraron en las infraestructuras verdes y azules, en cómo los elementos naturales y semi-naturales tienen el potencial de crear una red continua, coherente para ser la matriz base para una vida urbana saludable, y cómo son instrumentos de mitigación y adaptación para combatir el cambio climático.
Relacionado especialmente a esta línea se ofreció una visita al proyecto Madrid Río al final del congreso que estupendamente pudo representar y visualizar un primer intento exitoso en el reto de salir del paradigma de la ciudad del automóvil, de reducir emisiones, y de llegar a una neutralidad de carbono.
Y finalmente, la línea 6, Urbanismo, informalidad, autoconstrucción y riesgos – Ordenaciones no planificadas frente al cambio climático, propuso discutir la relación entre la informalidad y la vulnerabilidad urbanas y cómo la informalidad urbanística, la ausencia de planificación y la ocupación de terreno descontrolada por la deficiencia de políticas urbanas, constituyen una de las principales amenazas de riesgo, tanto a nivel social, como a nivel físico y territorial.
En la conferencia plenaria de clausura, el director del ISUF-H Javier Monclús, con su ponencia Tradiciones, convergencias y especifidades, hizo un sugerente repaso de la trayectoria del debate y la teorización de la morfología urbana en las disciplinas y distintas escuelas. Abordó también los enfoques temáticos de recientes tres congresos llevados a cabo en la configuración del International Seminar of Urban Form – Hispanic. Tematizó las latentes controversias entre un “estrabismo anglófono” y un “ensimismamiento hispano” a partir de la creación del seminario hispano y subrayó las especificidades de ambos contextos, por un lado, y los fines comunes por otro lado, antes de dar la palabra a las colegas conectadas virtualmente desde la Pontificia Universidad Católica de Santiago de Chile, Elvira Pérez y Magdalena Vicuña del Río para que presentaran el próximo congreso por celebrar en la capital chilena en diciembre de 2023.
El encuentro del 2023 tendrá el título “Forma urbana para un buen vivir: Miradas interdisciplinarias”, un título muy sugerente en el sentido de abrir el debate morfológico a otros campos culturales y relacionarlo con el principio del Buen Vivir o Sumak kawsay y con las creencias y vivencias del mundo indígena –prehispánico– latinoamericano.
Será de gran relevancia pasar de un cierto eurocentrismo en la concepción del urbanismo hacia un debate arraigado en la redefinición latinoamericana desde la poscolonialidad y en una búsqueda de valores y formas de relacionamiento con el territorio y su ordenación fundamentado en prácticas ancestrales.